MOSTABAITS
LOS BOILIES QUE NO PUEDEN HACER OTRAS MARCAS.
LOS BOILES QUE VALEN MÁS DE LO QUE CUESTAN.
MIENTRAS OTRAS BOLAS SE APAGAN LOS MOSTABAITS ESTÁN QUE ARDEN.
Normalmente preparamos nuestra jornada de pesca con toda la ilusión del
mundo, repasamos lo que debemos llevarnos, o incluso hacemos una lista para no
olvidar nada, cubos de semillas llenos de esperanza, montajes nuevos con
anzuelos de nuestra confianza bien afilados, discutimos con nuestro o nuestros
compañeros que escenario vamos a escoger y que puestos ocuparemos, que no falte
un detalle y que nada quede al azar. Llegado el día en cuestión, nos ponemos
nerviosos desde la noche antes, deseando cargar trastos en nuestro coche o
carro, salimos pitando un viernes o sábado de madrugada a nuestra jornada tan
meticulosamente planificada y...... comienza nuestra peor pesadilla. LOS PECES
NO PICAN. Es cuando nos rebanamos literalmente nuestros sesos intentando saber
qué ocurre o QUE DEBEMOS HACER.
LA ESPERA.
La pesca de la carpa siempre ha venido asociada con largas e interminables
esperas, pero esto no debe siempre ocurrir así, debemos de tomas decisiones, a
veces, un tanto incómodas, otras cambiar nuestro sistema de plantearnos la
pesca, romper con todos nuestros esquemas y plantearnos cosas inverosímiles.
Cuando los peces no pican, solemos poner miles de excusas que no nos
afecten a nosotros, ya que yo soy muy buen pescador, en otras ocasiones siempre
he sacado peces haciendo lo mismo, los peces no están por la labor, el clima,
el viento, el deshove o LA PESCA Y SU PUTA MADRE, POR QUÉ ESTO SOLO LO
ENTIENDEN LAS CARPAS, YO NO. A decir verdad, aunque no estén ocurriendo las
cosas como normalmente deberían de ocurrir, podemos poner algo de nuestra
párate para evitarlo.
La espera en la pesca de la carpa es inevitable, pero si en 24 horas no
hemos obtenido resultado alguno, la cosa se pone muy fea y nos vemos venir un
bolazo inminente. Normalmente en un día un cebadero debería activarse, o al
menos, dar algún resultado que otro, si no en forma de captura, en forma de
picadas aunque no se claven, bajo mi punto de vista y opinión personal, con 36
horas una postura puesta sin resultado alguno, seguirá de esta forma a no ser
que el burro toque la flauta, más por suerte que por una pesca medianamente
planeada.
DIFERENTES ESCENARIOS, DIFERENTES ESPERAS.
Esta es otra de las circunstancias que debemos tomar en cuenta, no es igual
pescar n Horno Bolero, que pescar en Arcos de la Frontera, sabemos a lo que nos
enfrentamos en cada uno de estos lugares y no podemos hacer otra cosa que
confiar en nuestra flor en el culo para que consigamos una captura de ensueño
en algunos de estos dos lugares, en el primero por qué es realmente difícil
obtener tan siquiera una picada por qué la población que habita sus aguas se me
antoja demográficamente casi nula, en El segundo, porque la superpoblación de
minitalla impide que exista suficiente alimento como para que existan carpas de
decente tamaño, pero, por el contrario, si obtendremos infinidad de capturas en
relativamente muy poco tiempo.
En ambos casos la espera si está justificada al saber a lo que nos
enfrentamos.
RECOGE Y VÁMONOS.
Para un pescador cualquiera, es más fácil aceptar un bolo de 4 días, que
cambiar de sitio a las 48 horas o largarnos directamente a nuestra casa. Esto
así le sucede, incluido a un servidor, pero..... ¿Porque nos cuesta tanto tomar
una decisión tan incómoda? Se me antojan varias respuestas, la primera de todas
desmontar, recoger, conducir y volver a montar y pesca, pura y simple flojera.
La segunda aceptar nuestra derrota, dar por finalizada la jornada de pesca y
volver a casa. Pues bien, señor/a lector y señor Mosta, aunque sea muy difícil aceptarlo,
estas decisiones nos librarán de estar uno o más días angustiados en un mismo
sitio por querer aferrarnos al mismo lugar o estaremos más cómodos en casa y
pasar página. La tercera porque somos tan tozudos que creemos firmemente que la
esperanza es lo último que se pierde, pero eso sí, podemos perder nuestro
tiempo que es muchísimo más valioso.
Si después de 48 horas máximo, y se me hace más tiempo de la cuenta, no hemos
obtenido resultado alguno debemos cambiar de sitio y largarnos.
ANTE UN NUEVO LUGAR DESCONOCIDO.
Muchas veces nos vamos a lugares totalmente desconocidos, aun habiendo
preparado el sitio con antelación mediante información con compañeros o
buscándolo en el Google Maps, nos arriesgamos, por desconocimiento, a tomar una
mala decisión. Solo se me ocurre llevar el material imprescindible para, en un
momento dado, nos sea más fácil la movilidad que llevando todo un arsenal de
chismes, que muchas veces los llevamos por el típico y si..... pasa, ocurre, lo
necesito...... Mejor llevar pocas cosas para que no nos entre la pereza de
mirar decenas de chismes desparramados por todos lados y hacernos a la idea del
tremendo esfuerzo que implica desmontar, recoger, cargar, trasladarse, etc.
NO SIN ANTES INTENTAR....
Ni que decir tiene, que en las segundas 24 horas ya hemos intentado pescar
hasta con lombrices, lo hemos probado todo, hemos agotado todo nuestro ingenio
y recursos, pero sin resultado alguno. Durante la noche, amanecer o atardecer
no se ven signos de actividad, es otra buena razón de peso para tomar la
difícil decisión.
Durante las segundas 24 horas habremos intentado muchas de estas cosas
1)
Sondear
concienzudamente los alrededores en busca de actividad o signos de movimientos.
2)
Probar
diferentes profundidades de pesca.
3)
Buscar
posibles lugares con obstáculos que sirvan de refugio.
4)
Localizar
cambios de profundidades o pendientes.
5)
Dar con
fondos duros y libres de cieno.
6)
Pescar con un
cebadero concentrado y no muy copioso.
7)
Sobresaturar
de aroma nuestro cebo con mucho aroma, una maya con muchos atrayentes, usar
engodo con extractos, etc.
Se supone que alguna de estas cosas ya las hicimos nada más llegar, pero
agudizar vuestro ingenio e incluso hacer alguna locura nos ayudará a intentar
nuevas formas de pesca, aprender y sacar conclusiones.
TAN MALO ES UN BOLO COMO CAER AGOTADO.
Otra de las razones que me hicieron abandonar un lugar de pesca, además del
bolo, es por todo lo contrario, pescar más de la cuenta, y cuando digo pescar
más de la cuenta lo digo con conocimiento y no por alardear de algunas jornadas
de pesca.
Algunas de mis jornadas han sido tan frenéticas, en cuanto a número de
capturas, que era agotador llevar el ritmo de las picadas que se producían cada
pocos minutos, llegando a sacar las cañas para poder almorzar, cenar o
simplemente poder descansar por la noche, llegados a este punto, pocos de
nosotros aguantamos dos días seguidos con ese ritmo, abandonando el lugar y
regresando a casa muy satisfechos por la jornada, pero a la vez desilusionado
por la facilidad de la jornada.
INVIERNO SOLEADO.
Después de una climatología adversa, vemos el tiempo en internet o en la TV
y nos brinda unos días preciosos soleados y con buena temperatura, no soy carpa
y no puedo hablar por ellas, pero la experiencia en cada jornada de este tipo
ha sido unos auténticos desastres. Reprimiendo nuestro instinto pescador, sería
mejor esperar al siguiente finde, lluvia o nublado constante nos dan mejores
resultados que estos días soleados con temperaturas bajo cero por las noches y
agradables durante el día, aprovecharas mejor el tiempo en casa con los tuyos
que de pesca.
PRIMERAS LLUVIAS.
Una primera tormenta después del verano es supermegaefectiva, hay que aprovechar
al máximo estas primeras lluvias. Por el contrario, posteriormente a estas
lluvias si son copiosas y suficientes como para hacer subir el nivel de agua
repentinamente, recoge y lárgate la pesca se termino. Lo mismo ocurrirá durante
los días posteriores, las carpas deben acostumbrarse a estas nuevas
temperaturas, estos choques térmicos de cambios tan bruscos son desastrosos
para nuestros fines de pesca.
Espero que nunca debáis de tomas esta decisión, aun así os animo a hacerla
cuando sea lo más conveniente.
UN SALUDO Y BUENA PESCA.
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